Tips: ¿Qué hacer si tu lápiz deja de escribir?

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En nuestro primer artículo queremos brindarte algunas respuestas para una de las dudas más recurrente que tenemos. Que tu lápiz deje de escribir es más común de lo que piensas, pero ¿qué hacer en estas ocasiones? ¡A continuación te dejamos nuestros mejores tips!


Antes de todo, si tu lápiz deja de funcionar dentro de los primeros diez días desde que recibes tu producto, recuerda que contamos con garantía ¡No olvides hacer uso de ella!


Tipo de papel: Aunque no lo creas, dentro del mundo de la papelería existe gran variedad de texturas de papel y la diferencia entre ellas, puede llegar  a ser imperceptible. Por esta razón si tu lápiz deja de escribir te recomendamos chequear, en primer lugar, si estás escribiendo sobre un papel diferente al que utilizas comúnmente. Algunas superficies dificultan la escritura y puede que el problema se deba únicamente al tipo de papel que estás usando.

 Inclinación del lápiz: ¿Sabías que ciertas marcas –como Uniball– recomiendan una inclinación desde 65 grados a la hora de escribir? Esto se debe a que -particularmente en lápices de punta fina- al inclinar demasiado el lapicero no se utiliza la bolita central de la punta. Es decir, no se llega al centro de tinta, lo que genera inconsistencias en la escritura, sobre todo cuando una persona tiende a escribir con el costado del lápiz. Para asegurarte que tu lápiz no esté escribiendo por este motivo, te aconsejamos pedir a otras personas que intenten escribir, y así, verificar si es un problema de inclinación.

Tinta: Una de las causas más comunes –especialmente en lápices de tinta gel- se produce cuando el tinte se congela. Para dar una rápida solución te sugerimos aplicar calor de estas maneras:                    

  1. Secador de pelo: A una distancia moderada (20-30 centímetros) aplicar calor por unos cuantos segundos.
  2.  Agua caliente: Una curiosa manera de proporcionar calor es sumergir tu lápiz en agua. Para esto debes introducir solo la mitad del lápiz, incluyendo la punta. Es importante cuidar que el agua no entre a la tinta en sí.
  3. Soplar: Como no, una fórmula efectiva es soplar la tinta desde el extremo de tu lápiz ¡Te aconsejamos que soples sutilmente!
  4. Frotar: Por último, un excelente modo de generar calorcito es frotar el lapicero entre tus manos por un momento ¡Un clásico!

Dibujar: Otro clásico que nos encanta es el dibujo de patrones constantes (como círculos y rayas). Esta técnica es bastante efectiva en aquellas ocasiones cuando quedan restos de tinta en la punta del lápiz y se secan. El movimiento de patrones continuos removerá aquellos residuos, y permitirá que tus lápices ¡sigan funcionando perfectamente!

Si nada de lo anterior funciona: Es probable que tu lápiz haya sufrido golpes o caídas, y por tanto, la única solución será utilizar o adquirir un nuevo refill.

Para despedirnos de este primer artículo en nuestro nuevo espacio, te recomendamos que siempre le des amor y cuidado a tus lápices intentando evitar sus golpes y caídas. Además recuerda no olvidar taparlos o utilizar el retráctil para evitar que la tinta se seque. De este modo te aseguras que tus lápices favoritos tengan un perfecto funcionamiento y una vida más prolongada.

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